“Desde esas épocas un tema que me obsesionaba era la posibilidad de crecer en formatos y salir a la calle, la idea de dedicar todas mis energías para que mis piezas acabarán decorando las casa de coleccionistas o advenedizos. Me estaba matando así es que me dedique a ver por donde aparecía un proyecto de escultura pública, así es como apareció el arquitecto Pedro Valenzuela quien en ese momento estaba terminando un edificio en la calle Ricardo Margain Zozaya. Nos pusimos de acuerdo muy fácilmente, mi propuesta fue una escultura hecha en acero conformada por 5 partes, todas dispuestas de manera que representaran el recorrido de una pelota o algún objeto en su trayectoria al rebotar, el título de la pieza era Bounce.
La pieza no me generó ninguna ganancia, todo el dinero se fue en la producción que estuvo a mano de Rogelio Cisneros y de Ezi metales quienes me tuvieron una paciencia infinita ya que yo no tenía ni la menor idea de cómo hacer planos o maquetas para un proyecto así, interpretando dibujos y garabatos sobre pedazos de papel. Cuando llegó el momento de decidir el color no tuve mucha oportunidad de opinar, ellos decidieron que sería roja y es así como se ve hoy en día.”
ACH